Hoy en la Fundación Hospitalarias Madrid hemos vivido un momento muy especial que nos ha recordado por qué hacemos lo que hacemos. Nuestro querido paciente Julio ha cumplido nada más y nada menos que 101 años, y no podíamos dejar pasar la ocasión sin celebrarlo como se merece.
El equipo de la Planta de Rehabilitación preparó con mucho cariño una sorpresa: decoraron su habitación y le regalaron un pastel para que pudiera soplar las velas junto a su familia. La emoción fue tan grande que hasta Julio —militar de profesión— no pudo contener las lágrimas. Entre risas, nos decía: “¿Alguna vez habéis visto a un almirante llorar? Seguro que esta es la primera”.
Para nosotros, la Hospitalidad no es solo una palabra: es un compromiso que se traduce en gestos, en compañía y en crear momentos que hagan sentir a nuestros pacientes como en casa, incluso cuando atraviesan situaciones delicadas. Porque cuidar de la salud también significa cuidar del alma y del corazón.
Gracias a Julio y a su familia por dejarnos ser parte de una fecha tan especial. Momentos como este nos inspiran a seguir acompañando con cercanía y calidez a todas las personas que confían en nosotros.
¡Feliz cumpleaños, Julio!

